Metodología
Para la mayoría de actividades de oficina suele ser suficiente la evaluación basada en la información obtenida mediante la aplicación de un test de evaluación. El test está pensado para hacer frente a las dificultades prácticas que plantea la evaluación de un gran número de puestos con PVD.
El test tiene sus limitaciones y, por lo tanto, se podrían presentar casos en los que no fuera suficiente su aplicación para determinar con certeza la adecuación de algunos aspectos del puesto de trabajo. Dichas limitaciones pueden presentarse también en los puestos ocupados por trabajadores con características especiales: discapacitados, mujeres embarazadas, etc.
Cuando en la aplicación del test se presenten situaciones dudosas o, a juicio del responsable de la evaluación, convenga realizar análisis más detallados de algunos aspectos, se pueden encontrar criterios más precisos en la Guía técnica de Pantallas de Visualización de Datos o bien recurrir a las fuentes de información citadas en dicha guía.
La información proporcionada por los trabajadores constituye una parte esencial de la evaluación. Una forma práctica de obtenerla consiste en el empleo del citado test, que también puede ser cumplimentado por los propios trabajadores usuarios. En cualquier caso, el empresario debe asegurarse de que los trabajadores que vayan a cumplimentar el test reciban las instrucciones adecuadas.
También es posible emplear otros procedimientos de evaluación complementarios o alternativos. Por ejemplo, los aspectos que se prestan a un análisis más objetivo, tales como la calidad de las pantallas y de los teclados, los requisitos de ajuste de las sillas de trabajo, etc., que sean comunes a muchos puestos, podrían ser considerados de forma global por parte del responsable de la evaluación, mientras la información proporcionada por los usuarios se centraría en los factores menos susceptibles de objetivar.
No obstante, en actividades donde puedan aparecer riesgos particulares, o importantes pérdidas materiales, o bien la seguridad para terceras personas pueda constituir un factor crítico (como ocurre por ejemplo con el control del tráfico aéreo, las salas de control de procesos o grandes plantas de energía), puede ser necesario realizar una evaluación más detallada que la proporcionada por los procedimientos ya citados.
Esta evaluación podría requerir un estudio ergonómico del puesto donde, por ejemplo, se incluyera un análisis de la tarea donde se hubiera detectado una situación particular de estrés de trabajo, registros posturales, mediciones relativas al diseño del puesto, análisis del software utilizado, análisis cuantitativos de la iluminación y del entorno visual, etc.
Sin embargo, como ya hemos comentado anteriormente, la aplicación de este tipo de análisis ergonómico sólo estaría justificado en puestos de trabajo especiales como sería el caso de las actividades donde los errores del trabajador puedan tener consecuencias graves para él o para terceras personas, o bien puedan dar lugar a importantes pérdidas materiales.
En el esquema anterior se proponen tres clases o niveles de evaluación:
- La aplicación de un test que puede resultar suficiente para la mayoría de las actividades de oficina.
- Cuando en la aplicación del citado test se presenten situaciones dudosas, proceder a la realización de análisis más detallados de los correspondientes aspectos.
- Por último, en actividades donde puedan aparecer riesgos particulares o la seguridad para terceras personas puede constituir un factor crítico, realizar un estudio ergonómico exhaustivo del puesto.
La revisión de las evaluaciones de los riesgos debe ser revisada en el caso de que se hayan introducido cambios significativos en el puesto de trabajo, cuando se hayan detectado daños en la salud de los trabajadores y en los demás supuestos incluidos en el Artículo 6 del Reglamento de los Servicios de Prevención. En el caso del trabajo con pantallas de visualización, esto puede ser debido, por ejemplo, a cambios efectuados en el equipo informático, en los programas informáticos, en la iluminación, etc., o bien como consecuencia de incrementos sustanciales del tiempo de trabajo ante la pantalla de visualización o debido a los cambios en el propio colectivo de trabajadores usuarios.
La revisión de las evaluaciones también podría ser necesaria cuando la investigación científica descubra algún nuevo riesgo significativo en el trabajo con pantallas de visualización.
Una vez conocidas las deficiencias más importantes, a través de la correspondiente evaluación de los riesgos, se deberían llevar a cabo las medidas correctoras necesarias con la celeridad adecuada a la importancia de los mismos, de manera que se elimine el riesgo o se reduzca al nivel más bajo razonablemente posible.