Acebo

(Ilex spp.). El acebo crece en la zona tropical y en la templada de todo el globo, excepto al oeste de Norteamérica, en Australia y en las islas que la circundan. Existen unas 300 especies de acebos que adoptan la forma de árboles o de arbustos.
Los acebos más comunes dan bayas de color rojo y sus hojas, duras y perennes, presentan un dentado en forma de espina. Estas hojas y bayas son las que se emplean para confeccionar los ramos y guirnaldas de Navidad en los hogares, ya que ambas conservan la lozanía de sus colores y no se secan fácilmente. Sin embargo, existen diversas especies de acebo con hojas no perennes ni bayas rojas.
La flor del acebo da sólo polen en unos casos, y frutos en otros. Ambos tipos de flor se encuentran en plantas diferentes. Con el fin de obtener bayas de aspecto más hermoso, cuando se planta el acebo con fines ornamentales suelen mezclarse algunos ejemplares productores de polen, con otros que dan frutos. Las bayas constituyen el alimento preferido de numerosas especies de pájaros.
El acebo común (Ilex aquifolium), oriundo de Europa y el oeste de Asia, se planta habitualmente con fines decorativos y alcanza unos diez metros de altura. Sus hojas son perennes y presentan un borde muy espinoso, y las flores, pequeñas y blancas, se agrupan en ramilletes que se transforman en racimos de abundantes bayas de color rojo vivo. Crece como sotobosque en ambientes relativamente frescos y de suelo profundo. El acebo americano, también ornamental, es muy parecido al anterior, pero las espinas de sus hojas son menos acentuadas y los racimos de bayas no tan espesos. Crece silvestre, generalmente en los terrenos ricos y húmedos del Este norteamericano. Del yaupón, que es un pequeño acebo con hojas perennes y flores y bayas semejantes a las del acebo americano, se obtiene un medicamento con propiedades vomitivas.
Las hojas de cierto acebo sudamericano (Ilex paraquriensis) se emplean en la elaboración de una infusión muy apreciada en varios países.
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