(Prunus Cerasus). El cerezo pertenece a la familia de las rosáceas y se encuentra por todas las regiones templadas-frías del hemisferio Norte.
Las cerezas cultivadas tienen su origen en las regiones del Mar Caspio y Mar Negro y, aunque existen muchas especies y variedades de cerezo, la mayoría de ellas proceden del Lejano Oriente y son generalmente utilizadas para el adorno de jardines.
La especie de cerezo que ha dado origen a la mayor parte de las variedades comerciales es el Prunus cerasus, que puede alcanzar entre 4 y 8 metros de altura, su fruto de color claro, carne algo ácida y consistencia bastante dura, lo que proporciona mejores capacidades de conservación que en los otros tipos de cereza.
Los frutos son muy apreciados por pájaros y otros animales que los usan como alimento. El hombre, por su parte, también lo sometió a cultivo, dando lugar a variedades más productivas y de mejor calidad que las silvestres (Prunus avium). Por último, aunque este árbol se cultiva principalmente para aprovechar su fruto, la madera de su tronco es también muy apreciada por su aspecto y dureza, y es utilizada en la fabricación de muebles.