(Cupressus) El ciprés es un árbol perteneciente a la familia de las cupresáceas, que crece en el occidente de Estados Unidos, en Méjico, China, el Himalaya y en la cuenca del Mediterráneo.
Tiene hojas perennes, escamosas y superpuestas como las tejas de un tejado, y posee conos (o piñas) leñosos, redondeados y pequeños, de un diámetro de 2,5 a 4 cm.
Algunas especies de cipreses se plantan para adorno de jardines, mientras que la madera de otras es considerada como excelente para construcciones, por su gran resistencia a la putrefacción.
El ciprés común o de cementerio (Cupressus sempervirens) crece espontáneamente en varias regiones del Mediterráneo, pero su cultivo se ha extendido mucho, tanto en la repoblación forestal como en jardinería, por su porte esbelto, alto y afilado, y por su considerable resistencia a la sequía.
El ciprés de Monterrey (Cuperssus macrocarpa), originario del litoral californiano, se ha extendido mucho por Europa como planta ornamental; su copa es muy amplia y su ramaje abierto y de lejos tiene cierta semejanza con los cedros.
El ciprés de Arizona (Cupressus arizonica) tiene formas esbeltas, como el ciprés común, pero su tallo es menor y su follaje más grisáceo. También se puede encontrar en Europa como planta de jardín.
En las regiones montañosas del desierto del Sahara existe un curioso ciprés en vías de extinción, el Cupressus dupreziana. Actualmente, quedan pocos ejemplares en medio de individuos muertos, pero sus semillas germinan fácilmente en zonas más favorecidas, como las del litoral norteafricano.
El ciprés calvo o ciprés de los pantanos (Taxodium distichum) pertenece al grupo de las secoyas, crece en las llanuras pantanosas del sudeste de Estados Unidos y alcanza una altura de 30 a 45 metros; su tronco está generalmente hinchado y se ensancha en la base. De sus raíces, poco profundas, salen unos extraños «codos» por encima del agua, a veces a alguna distancia del tronco. Estos codos, llamados neumatóforos, tienen la misión de aprovisionar de aire a las raíces subacuáticas.
Muy similar al ciprés calvo es el ciprés Moctezuma (Taxodium mucronatus) de Méjico y Guatemala; pero su follaje es perenne, mientras que el ciprés calvo pierde cada invierno sus hojas aciculares. Al famoso ciprés de Moctezuma, de Oaxaca (Méjico), se le aribuye una edad que oscila entre los 4.000 y los 5.000 años. El diámetro de su tronco (12 metros) es mayor que el de la más corpulenta secoya, aunque posee una altura bastante menor: 42 metros.
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