Enebro

(Juniperus spp.) El enebro es un arbusto o árbol pequeño, de hoja perenne, de la familia de las cupresáceas y característico de los terrenos secos, áridos o rocosos.

Las hojas del enebro son aplanadas, punzantes, aguzadas por el ápice y persistentes.

Las infrutescencias de estas plantas no están protegidas por escamas leñosas como en los géneros afines, sino que presentan una consistencia carnosa que las asemeja a las bayas. Son de pequeño tamaño y a menudo están cubiertas por una sustancia cérea que se elimina con facilidad.

La madera del enebro, cuyo tono varía entre el amarillo y el castaño rojizo, es de grano fino, gran duración y aroma agradable, sin embargo, sus numerosos nudos le restan valor comercial, aunque se utiliza para recubrimientos de paredes y postes cercados.

Muchas especies de enebro se plantan con fines ornamentales, y los aceites que se extraen de la madera y hojas se emplean en perfumes y productos medicinales. Además, sus bayas sirven como aromatizante de la ginebra.

Existen dos especies corrientes de enebros en los países mediterráneos:


El Juniperus oxycedrus, de frutos rojos y hojas surcadas por dos líneas blancas en su cara inferior. Habita en las regiones más cálidas y secas entre los coscojares y encinas. 


El Juniperus communis, de frutos negroazulados y hojas surcadas por una sola línea blanca en su cara inferior. Crece en territorios más frescos, montañosos y de mayor pluviosidad, entre los robledales y encinares húmedos. 


Existe una variedad enana de este último enebro, que se desarrolla en las montañas por encima de los 1.700 metros de altitud. Busca el sol y la luz, por lo que crece mejor en superficies deforestadas; es muy resistente a los cambios bruscos de temperatura y adopta un porte rastrero para protegerse del clima.

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