Forman un género de cerca de 600 especies de la familia de las mirtáceas. Como grupo es fácil reconocerlos, pero no lo es tanto identificar las diversas especies. Son árboles originarios de Australia, donde son el árbol dominante, y han sido plantados en el mundo entero para formar barreras contra el viento y como ornamentales.
Algunos crecen en las montañas donde los vientos rudos, las grandes nevadas y el frío intenso, les dan formas grotescas. Otros se encuentran en las selvas de lluvias tropicales y muchos, también, a lo largo de corrientes de agua en regiones semiáridas.
Muchos de ellos son altos, rectos, y sus troncos están libres de ramas hasta varios metros de suelo. El eucalipto azul (Eucalyptus globulus), uno de los que más plantados en el mundo entero, alcanza de 30 a 40 metros de altura. Por su parte, el Eucalyptus regnans es el árbol australiano más alto y alcanza frecuentemente los 100 metros. Muchos otros son notablemente más bajos, con troncos cortos y copas muy anchas, y algunos tan sólo alcanzan formas arbustivas.
Las hojas de los eucaliptus son perennes, de color grisáceo, contextura coriácea y borde liso. Poseen un olor penetrante. La mayoría de especies tienen las hojas largas (de 7 a 20 cm de longitud), estrechas y aguzadas.
En la India, África del Sur y Chile, los emplean como leña y madera para apuntalar galerías de minas. La madera es de grano fino y apreciada para muebles o ebanistería. Los aceites extraídos de las hojas se utilizan en perfumes, jabones y medicinas. Los koalas se alimentan de sus hojas y brotes tiernos. Sus flores contienen mucho néctar y atraen a las abejas, aunque la miel tiene un sabor pobre.
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