Primero un poco de historia
Charles Babbage (1791 – 1871) fue un matemático y astrónomo británico. Al igual que sus colegas, podría haberse conformado con las máquinas de calcular existentes en la década de 1830. Existían numerosos modelos de estas máquinas, todos ellos capaces de efectuar las cuatro operaciones aritméticas. Pero Babbage era un apasionado de la técnica y su proyecto era mucho más ambicioso: quería construir una calculadora universal que pudiera encadenar automáticamente cualquier secuencia de operaciones y devolver el resultado final.
La arquitectura de la máquina de Babbage era increíblemente moderna para su época. En ella podían encontrase todos los elementos que componen hoy en día nuestros ordenadores:
- Una unidad de cálculo. Donde se efectúan todas las operaciones.
- Una unidad de memoria. Donde se retienen todos los resultados intermedios con el fin de que se puedan buscar y recuperarse en el momento en que el cálculo lo precise.
- Una unidad de mando. Que dirige el orden de las operaciones y cuida de que todo se ejecute correctamente.
Todo el conjunto era completamente mecánico, a base de ruedas, cilindros de levas y tarjetas perforadas, que ya se usaban en la industria textil. Además, la máquina de Babbage requería que se tradujeran los problemas por resolver en secuencias de operaciones, y aquí es donde entra el primer programador de la historia.
¿Quién fue el primer programador de la historia?
Ada Lovelace (1815 – 1852), hija del gran poeta inglés Lord Byron y excepcional matemática, fue quien se dedicó a esta tarea de traducir los problemas en secuencias de operaciones en tarjetas perforadas. De esta forma se convirtió en la primera programadora de la historia.
Durante bastante tiempo, Babbage envió los planos de su calculadora mientras que Ada se encargaba de escribir programas que se pudieran resolver. Si ella se encontraba con dificultades, sugería las modificaciones oportunas para resolverlas.
¿Cómo acabó todo?
La máquina de Babbage fue un sueño increíble. Su máquina estaba muy por delante de su tiempo. Permaneció toda su vida trabajando en ella pero encontró problemas, la todavía arcaica tecnología de aquella época y su presupuesto, y nunca consiguió acabarla. Sin embargo, los principios de su máquina siguen siendo actuales y son la base de los ordenadores actuales.