Descartes. Método y realidad en la filosofía racionalista (V)

Ideas cartesianas.

Las ideas se pueden considerar como modificaciones subjetivas o como modos de pensamiento. Concebidas así, todas son semejantes. Si se las considera por su carácter representativo difieren grandemente unas de otras, pues unas contienen mayor realidad objetiva que otras.

Las ideas son:

  • Adventicias: son aquellas que parecen provenir de la experiencia sensible.
  • Facticias: son aquellas que la mente es capaz de crear (provienen de la imaginación y la voluntad).
  • Innatas: no pueden provenir de la experiencia ni tampoco de la propia construcción mental sino que el entendimiento las posee por naturaleza. No son innatas en el sentido de estar presentes en la mente del niño como ideas acabadas sino que la mente las produce a partir de sus propias potencialidades.

Ni las ideas adventicias ni las facticias pueden servir como punto de partida para la demostración de la existencia de una realidad fuera de la mente. El entendimiento en si mismo tiene ideas no derivadas de la experiencia.

Si dudo es porque me concibo como un ser limitado, imperfecto y finito, pero no sería posible tener el concepto de lo finito sin la idea de lo infinito. Esto quiere decir que he sido creado por alguien que en sí mismo tiene esas perfecciones.

Por la palabra Dios entiendo una sustancia infinita, independiente y todopoderosa por la que todos hemos sido creados. Examinando sus atributos, veo que no pueden ser producidos ni por mí mismo, ni por las cosas materiales. Yo no podría como sustancia finita, poseer la existencia de una sustancia infinita a menos que esta procediese de una sustancia infinita existente, y veo que hay más realidad en la infinita luego, de algún modo, la idea de lo finito tiene que ser igual a la de lo infinito. Luego lo infinito sólo puede proceder del ser infinito, de Dios. Por tanto, Dios existe.

Un tercer argumento es el denominado argumento ontológico a favor de la existencia de Dios. Afirma que la existencia es en sí misma una de las perfecciones divinas y pertenece a la esencia divina. La esencia divina como perfección suprema comprende la existencia que es a su vez una perfección. De ahí que no podamos concebir a Dios sino como existente. Teniendo en cuenta el criterio de certeza cartesiana, aquello que clara y distintamente entendemos que pertenece a la naturaleza verdadera e inmutable de algo, puede ser afirmado en verdad de ese algo. Una vez investigada con exactitud la naturaleza divina, entendemos clara y distintamente que el existir pertenece a su verdadera naturaleza inmutable, luego podemos afirmar con verdad que Dios existe.

Nuestra puntuación
Twittear
Compartir
Compartir
Pin