Nietzsche. Vitalismo y fenomenología (IV)

La muerte de Dios

La muerte de Dios es el acontecimiento más importante de la época actual para Nietzsche. La visión de Dios (trascendente y suprema ley universal), va siendo sustituida por nuevas ideas. Dios es enemigo del sentido de la vida.

La muerte de Dios es la metáfora que expresa la muerte de las verdades absolutas, inmutables. Con la muerte de Dios se desmorona nuestra civilización, es el fin de la cultura occidental y los valores supremos ya no tienen ningún valor. La muerte de Dios supone la muerte del Dios monoteísta, del Dios de los metafísicos (que conciben un mundo real y otro aparente y contraponen el bien y el mal).

Para Nietzsche, la idea de Dios es lo que impide al hombre ser hombre y llegar a ser superhombre. Dios es la gran objeción contra la vida. No hay lugar para Dios en la cultura moderna. Matando a Dios, redimimos el mundo.  El superhombre ocupará el lugar de Dios. Renace un mundo perspectivista. A través de esta pluralidad de perspectivas, Nietzsche superará el estado nihilista en que se encuentra el ser humano cuando reflexiona sobre el pensamiento occidental. El nihilismo va a significar el comienzo de su filosofía positiva.

El nihilismo

El nihilismo no es una doctrina filosófica sino un movimiento histórico peculiar de la cultura occidental. Se puede distinguir entre un nihilismo negativo y otro nihilismo positivo.

El nihilismo negativo es la consecuencia de la muerte de Dios, es el ocaso de la cultura occidental, ya no hay valores supremos ni un Dios todopoderoso (el Dios de los metafísicos), es la negación de todo valor. Esto explica la crítica destructiva de la tradición occidental.

Sin embargo, el más importante es el nihilismo positivo o activo: La inversión y transmutación de los valores, es la exaltación de la fuerza de la vida.

El nihilismo pasa por tres grandes momentos:

  1. Momento de duda. Es consecuencia inmediata de la destrucción de los valores vigentes hasta entonces.
  2. Momento de reflexión. El ser humano se distancia de la cultura y la tradición occidental.
  3. Momento de nueva valoración. Momento que nos lleva a una nueva perspectiva del ser, de la realidad, e incluso del hombre. Este tercer momento es recorrido no por la reflexión racional sino por algo instintivo que Nietzsche denomina voluntad de poder.

Nietzsche abre las puertas a una nueva antropología y a una nueva moral. Esta nueva interpretación del mundo será reflejada por la voluntad de poder.

La moral clásica era antinatural. Nietzsche ofrece una moral basada en un proceso natural del hombre, en la vida. Lo esencial es la exaltación de la fuerza, la plenitud vital, el espíritu dionisiaco. Con Sócrates desaparece el valor de lo vital en el arte trágico. Con Sócrates se empieza a matar la vida, que es sustituida por la razón, se elimina el arte y se opta por el conocimiento de las causas y por una filosofía basada en lo idéntico, en lo lógico. La nueva moral se basa en un deseo apasionado de vivir, la vida es el valor absoluto.

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