Ortega y Gasset. Filosofía Española del siglo XX. El radicalismo

Ortega coincide  en sus planteamientos radicales con la idea que tenía Husserl de la filosofía e incluso va más allá de Husserl. El término radical adquiere un nuevo significado en Ortega y Gasset, que lo empleó con mucha frecuencia como un calificativo para designar la vida.

Muchos filósofos coinciden al afirmar que la expresión "realidad radical" es la traducción del término Ur-tatsache, utilizado por N. Hartmann en uno de sus libros. En este libro, Hartmann pretendió llegar a una realidad indudable que llamó Ur-tatsache. Ortega, en su curso ¿Qué es filosofía?, siguió el mismo esquema utilizado por Hartmann y utilizó por primera vez la expresión realidad radical.

Pero la palabra radical también fue utilizada por Ortega para designar un modo de ser y de entender verdaderamente último y primero. Según Ortega, el principio radical no tiene por que ser único ni tampoco el primero: Lo que caracteriza al ser radical es, solamente, que es algo en que está "radicado" todo lo demás.

El filósofo José Ferrater Mora dice:

"…la filosofía radical o filosofía a radice no empieza por nada dado, sea histórica, lógica o epistemológicamente, ni siquiera la propia filosofía…"

Esta es la razón de que Ortega considere al filósofo como un especialista en raíces y a la filosofía, principalmente radicalismo.

Ortega y Gasset dijo:

" …La filosofía nace en una posición desesperada. Tiene que ganarse la vida desde la cuna. De aquí su radicalismo. No se le permite apoyarse en capital ni herencia alguna de certidumbre, de verdades adquiridas. Lo que solemos llamar sentido común es una decantación de evidencias tradicionales, que sirven de terreno firme a las vacilaciones de nuestro ánimo en el régimen práctico de la vida. En este sentido, la filosofía es lo contrario del sentido común, de la evidencia por tradición. Su destino consiste, precisamente en perforar dicho sentido común…".

Ortega también dijo que la filosofía va siempre detrás y debajo de todo lo que hay. Aunque el objetivo de las ciencias es progresar y avanzar, la filosofía es un continuo retroceso (anábasis) y el filósofo camina hacia atrás. Ortega y Gasset llegó a admitir, con buen humor, la posibilidad de que un día Heidegger hablase por el ‘cogote’. El destino del filósofo sería entonces ir por debajo de estos principios para ver qué es lo que se esconde detrás de ellos.

Esta anábasis o expedición hacia el interior, está ligada al proyecto de Ortega de reforma de la filosofía. La raíz de toda filosofía occidental se encontraba en el concepto de Ser, pero éste ha demostrado que no hace posible la comprensión de la vida. El rechazo de esta idea de ser supondrá una reforma radical de la filosofía. De aquí viene que lo radical, según Ortega, sea lo contrario a todo tipo de escolasticismo.

Ortega, cuando examinaba el principio de contradicción de Aristóteles, atacaba a algún escolástico que, según entendía él, cometía algún error heredado. Para Ortega, el escolasticismo es la recepción de doctrinas culturalmente ajenas al receptor. Por eso, en el caso de Aristóteles, la escolástica surge lejos de la sociedad en que nació esta filosofía aristotélica, y su nivel intelectual es inferior. Ortega extendió el significado del concepto escolasticismo a toda filosofía recibida de mentes distantes en la historia. Esta visión procede de Dilthey, pero Ortega añade el matiz de radicalidad filosófica.

Ortega y Gasset pensaba que el filósofo no puede descansar hasta lograr plantearse sus propios problemas. Sin embargo, el escolástico dispone anticipadamente de las soluciones y su único problema es el hermenéutico, es decir, entender los textos escritos por pensadores anteriores. Además, el escolástico es incapaz deplantearse ningún problema, y menos los filosóficos que son últimos.

Si los problemas que originaron la filosofía no existen, para los escolásticos no tienen sentido auténtico las doctrinas que responden a esos problemas. Como el escolástico tiene tanto los problemas como las soluciones, estas soluciones imposibilitan que puedan ver los problemas originarios.

La filosofía para Ortega era opuesta al escolasticismo porque. Según pensaba, la filosofía pretende sacar a la luz las raíces de la condición humana y, por eso decía que la filosofía era la experiencia que acogía las preguntas radicales del hombre. Entendió que el deseo de conocer llevó al hombre a formularse alguna pregunta y, debido a esto, se fueron formando modos de saber sobre el enigma del mundo, como el mito o la religión. Por lo tanto, el saber filosófico se mueve detrás de alguna pregunta orientada hacia aquello que desconocemos.

Ortega escribió: "…el progreso en filosofar puede consistir en que un día descubramos que no sólo este modo de pensar filosófico era limitado y, por tanto, erróneo, sino que todo filosofar es una limitación, una insuficiencia, y que es menester inaugurar otra manera de afrontar intelectualmente el Universo que no sea ni una ni otra de las anteriores ala Filosofía, ni sea esta misma…" (A esta radicalidad no pudo llegar Heidegger).

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